Los ojos.

Todos observan la mirada, pero no ven más allá de ella. Todos miran la sonrisa, nadie se fija en el vació de los ojos. Alguien dijo alguna vez, "Los ojos son la ventana del alma", más hoy digo que son más que éso, son el universo de una persona, son lo que está allí, lo que nos desnuda ante otros.

Detrás de la carne y los huesos, hay algo, algo que va más allá de las ideas, de la mente, de el simple yo. Detrás de todo esto, está "Él". "Él" es todo, lo sabe todo, es uno con sí mismo. "Él" está en mí, y en ti, tú lo ignoras más él no calla. Él va más allá del concepto del hombre y el humano. Es más que lo supremo, supera todo y aún así no pasa a un plano metafísico. "Él" eres tú.

¿Libre albedrío?

Los ángeles son sacrificados para la hegemonía del tirano. Mono tonto, te dan razón y construyes bombas. ¿Por qué tienes que dividir el mundo en fronteras? ¿No ves lo absurdo que es? Somos libres de elegir, ¿Y elegimos esto? ¡No deberíamos tener libre albedrío!, ¡Ahora todos estamos confundidos! "¿Acaso estos monos parlantes, no saben que el edén tiene suficiente para todos?"

El tiempo pasa sin piedad, no se detendrá jamás. Somos victimas de nuestras decisiones, somos victimas de nuestra ignorancia. ¿Por qué seremos humanos? El error es la decisión.

El Universo.

Sólo el terco pretende que el universo es finito, como la física, que dice que sus leyes son universales. ¡Qué tercos son! No conocemos el universo. ¿Y si en otra parte del infinito esas leyes no funcionan?